La anatomía energética de los árboles se refiere al estudio de la existencia de diversos cuerpos sutiles y envolturas energéticas llamadas chakras.
Los chakras son centros de energía vital del cuerpo sutil del ser humano, aunque en mi obra se refiere al cuerpo energético de los árboles.
La palabra “chakra” que procede del sánscrito, un antiguo lenguaje de la India, se puede traducir como «rueda» o «disco».
En el contexto espiritual y filosófico, los chakras son considerados centros de energía. Podemos imaginar un chakra como un remolino energético que vibra, cada uno, de diferente manera, generando y acumulando energía.
En el caso de los árboles existen cuatro chakras, estos son:
Primer Chakra Las raíces de un árbol, que se extienden bajo tierra para extraer agua y nutrientes, las relaciono con el primer chakra, Muladhara. Este chakra está vinculado con la seguridad, la conexión a la tierra y la supervivencia.
Las raíces de los árboles son su conexión fundamental con la tierra y para ellos su capacidad para mantenerse arraigado.
Su disco es una espiral de color rojo. Este color nos evoca la conexión con la Madre Tierra, la seguridad, la fuerza y el poder.
Segundo Chakra
El tronco del árbol, que sostiene las ramas es el responsable de transportar agua y nutrientes desde las raíces hasta las hojas a través de un tejido llamado xilema.
Este chakra, correspondiente a la parte central del árbol, se asocia con la energía vital, la fuerza de la vida y la conexión espiritual del árbol con los otros seres vivos.
Su color es el rosa ya que su centro energético evoca vibración positiva, invitando a quien se acerca a el a una conexión emocional y espiritual.
El contacto con los árboles en el bosque puede llegar a fomentar la paz interior y una comprensión profunda de lo trascendente.
Tercer Chakra
Las ramas del árbol, que se extienden hacia arriba y hacia el cielo, representan el crecimiento, la expansión y la búsqueda de la luz. Las hojas, efímeras, son símbolos de renovación y del ciclo constante de la vida.
Este chakra es de color verde y corresponde a la copa del árbol. Es un símbolo de crecimiento y expansión. Este color está asociado con la vitalidad, la renovación y la conexión con el entorno natural.
El color verde nos inspira calma y promueve una sensación de bienestar.
Cuarto Chakra
La comunicación entre los árboles mediante sustancias químicas es un fenómeno fascinante conocido como comunicación química o «comunicación por señales volátiles». Este chakra es el centro energético de esta parte sensorial del árbol que le permite la comunicación entre ellos y con otras especies.
El color de este centro energético es el azul, simbolizando la conexión con el cielo, la paz y la tranquilidad.
El color azul fomenta la claridad mental y la armonía emocional.
Mia Remi.